14 NOVIEMBRE¡¡DIA DEL CARISMA DE LA CONSOLACIÓN!!
«¡Consolad, consolad a mi pueblo!, dice vuestro Dios» (Is 40,1) El camino de la consolación nace donde brota el hontanar del amor de Dios al hombre. Camino que podemos hacer cada día «al andar». Camino sencillo, que espera los pasos de itinerantes comprometidos. Desde la misericordia de Dios bebida en su fuente, el carisma consolador nos llama: A descubrir al hombre en sus limitaciones y en su dignidad, en sus aspiraciones y en su misterio de hijo de Dios. A salir por los caminos del mundo, buscando a «los que lloran», a los cojos-mancos-lisiados de los nuevos tiempos. Todo ello es realizado y realizable desde la misma vida de Dios en nosotros. Vida de Dios que llega, cada día a nuestra existencia, como la gran aventura del amor y se hace consolación.
Muchos siglos después, María Rosa Molas, escuchó estas palabras en el hondón del alma. Y parece que hoy, como ayer, nos dice que consolar es caminar sobre las huellas calientes de Jesús, como memoria religiosa que llega hasta las vidas de los hombres. Es repetir sus gestos y palabras, enjugar toda lágrima, llevarle el mensaje consolador de que Dios es Padre y nos ama. Es hacer nuestros los sentimientos de Jesús, que nos dejó, en las páginas del evangelio, un camino de consolación. María Rosa Molas marcó un estilo en ese camino de consolación.
Consolar es sentir la urgencia de poner en pie los valores del evangelio y derramar la única palabra y el único gesto: la consolación de Dios al hombre, con un «plus» de humanidad, acercándonos a los pobres de hoy, los que, tal vez, viven sin Dios. Sembrando bondad, con amor, fe y esperanza… podemos ser transparencia del «Dios de toda consolación». Porque nos dice Juan Pablo II: «Nuestro mundo necesita la consolación de Dios; esta hora necesita profetas que hablen al corazón del hombre».
Texto: María Esperanza Casaus
FELIZ DÍA DE LA CONSOLACIÓN A TODA LA FAMILIA!!