viernes, 22 de agosto de 2014

TESTIMONIO DESDE LA CAÑADA

La Cañada ha supuesto para mí, una de esas experiencias que te marcan, de esas que quedan para siempre guardadas en la memoria y que te dan para pensar mucho, durante mucho tiempo. Cada minuto invertido, tanto en la labor que realizábamos como monitores en el campamento, como en las diferentes actividades que realizábamos al volver a casa, ha merecido la pena, porque sin darme cuenta, he recibido mucho más de lo que he dado, y he aprendido muchísimo más de lo que he podido enseñar. Únicamente, puedo dar gracias por todo lo vivido y sobre todo, por las personas que compartimos el camino. Sin lugar a dudas, una experiencia a repetir, pero por encima de todo, una vivencia, por la que sentirse dichosos.    


Beatriz Peiró- Vila-real

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