jueves, 25 de septiembre de 2014

                MAS ECOS DEL CAMPAMENTO EN LA CAÑADA REAL     

  VUELTA A LA TORTILLA

Hay ocasiones en las que puedes pensar que tienes las cosas claras, que algo es así porque sí, porque tú lo sabes, tienes experiencia. Procura estar siempre receptivo, abierto a otras opiniones. Podrías sorprenderte viendo cómo ese aspecto que tú creías tan claro puede verse de otra manera.
A veces nuevos enfoques pueden ayudarnos, pero hay que saber buscarlos y aceptarlos.
Un buscador no necesariamente encuentra algo, ni tiene por qué saber lo que busca. Pero sí ha de tener una sensibilidad especial, los ojos bien abiertos, cierta empatía y las ideas claras, pero moldeables. No siempre es fácil aceptar cambios en nuestra manera de ver las cosas, pero eso es algo que nos hace madurar y enriquecernos.
En estos días hemos tenido la oportunidad de compartir experiencias, conocer, aprender, cambiar la perspectiva de las cosas, romper esquemas.La convivencia con el resto de monitores nos da la posibilidad de contrastar opiniones, y expresar las nuestras propias. Es pues, la combinación perfecta para digerir y asentar todas las vivencias que experimentamos a lo largo del día. Tanto en la Cañada Real, un entorno muy distinto al que estamos acostumbrados y que deja huella, como durante el resto de la jornada cuando regresamos de nuevo a “nuestro mundo”.

Mª Carmen Nanclares – Madrid-


EXPERIENCIA EN LA CAÑADA:

Ha sido una gran oportunidad para conocer de primera mano una realidad social la cual no te imaginas ni por asomo que está en tu país, y eso te hace pararte y pensar, no dejándote indiferente. He podido ver que si todos pusiéramos un poquito de empeño y si todos tuviéramos ganas de cambiar el mundo, se podría lograr ya que en 15 días se vieron pequeños cambios en los niños. Día a día se veía que trabajando con ellos, dándoles cariño y recibiendo con los brazos abiertos todo lo que ellos tenían para dar conseguíamos que fueran cambiando esos hábitos y esas costumbres fuera de lo normal, llegando incluso a pedir por favor las cosas, a pedir perdón antes de que tuviéramos que reñirles, a razonar ellos mismos y saber qué hacían mal y qué hacían bien, e incluso a jugar con otros niños sin importarles raza o cultura. En lugares como estos es donde puedes ver a  Dios encarnado hecho niño en cada uno de ellos, en sus miradas inocentes y en sus ojos llenos de vida y de ganas de vivir. 

Como experiencia de vida he de decir que me he sentido como en casa, que mis 7 compañeros de viaje se han convertido en mi familia, y que junto a ellos y a los niños he podido valorar mucho más lo que tengo día a día, lo que es necesario o lo que no, lo que en verdad son problemas y lo que en verdad no tiene importancia. Gracias a ellos ha descubierto una realidad escondida pidiendo a gritos ser conocida y ayudada, pero no por pena sino porque son niños que están viviendo algo que no les toca vivir, ya que todo niño tiene derecho a una vida digna, a una educación, a unas condiciones de vida saludables, a ser escuchados y consolados, a demostrar todo el afecto que llevan dentro y sobre todo a recibir todo el amor y cariño que se merecen.

Mª Cruz García Muñoz   -  COM Linares

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