Este día de fiesta se enmarca dentro las celebraciones y actividades
del año que la Iglesia dedica a la Vida Consagrada y en el cual, bajo el lema
"Evangelio, profecía y esperanza", el Papa ha marcado tres objetivos:
"mirar al pasado con gratitud", "vivir el presente con
pasión" y "abrazar el futuro con esperanza".
Nos reunimos consagrados de la diócesis de Castellón, y varios
fieles laicos que nos acompañaron, así como un nutrido grupo de sacerdotes de
la diócesis que concelebraron. El Obispo Mons. Casimiro López destaco que los
distintos carismas que se manifiestan en la vida consagrada son dones de Dios
por la acción del Espíritu Santo a la Iglesia universal y a toda la sociedad.
El mundo y la Iglesia tienen mucho que agradecer a la vida religiosa sea en el
ámbito de la educación, del servicio a los pobres y a los enfermos, en la
cultura y el arte. El obispo pide a todos que recen por los consagrados y por
nuevas vocaciones a la vida consagrada.
Damos gracias a Dios en este año tan significativo para algunas
congregaciones, V Centenario Santa Teresa, Bicentenario del Nacimiento de Santa
María Rosa Molas y San Juan Bosco y otros acontecimientos que ponen de relieve
a tantos como han sido a lo largo del tiempo “amigos fuertes de Dios”.
Mª José Condomina
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