viernes, 17 de julio de 2015

1 1 1 CAMPAMENTO CAÑADA REAL 2015


~BUSCO EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA~
 Mt. 24.20-22
20 Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, 21 ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.




Nuestra vocación de fe cristiana católica es la búsqueda activa y constante de las necesidades del pobre, como María Rosa Molas, maestra en caridad y de lucha tajante ante injusticias. Nuestra fe no es la mera aceptación teórica de una determinada concepción de Dios. Se basa en la ayuda indirecta del necesitado del reinado de Dios en el mundo – aquí y ahora, y por toda la eternidad -, y junto con él, el reinado de la verdad, de la justicia, de la fraternidad, de la libertad y de la paz que de Él proceden. Así lo dijo Jesús a sus discípulos: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas se les darán por añadidura” (Mateo 6, 33).
Otro año más hemos colaborado con el campamento que organiza Cáritas Diocesana de Madrid en la Cañada Real Galiana. Han sido catorce días intensos de muchos aprendizajes, de comparaciones y contrastes con el Reino de Dios, de veo, pienso y me pregunto sobre la realidad vivida con niños y adultos, de salir de nosotros mismos, de amar por encima de todo, de compartir, de orar en comunidad…
¡¡EL REINO DE DIOS YA ESTÁ AQUÍ ‼ este es, sin duda, el aprendizaje más cierto y positivo que nos llevamos cada uno de los voluntarios de este año. Y, ¿dónde está exactamente? … ¿está dentro o fuera de nosotros?... Estas cuestiones nos han hecho reflexionar día tras día, quedando en claro que el Reino de Dios está en las cosas más simples, en los gestos de servicio, de amor por el otro y por uno mismo, en las oraciones donde cogemos fuerza de la mejor fuente de energía, igual que una planta absorbe el agua de la raíz para seguir creciendo, nosotros la tenemos que coger Dios y encomendarnos a Él para que nos proteja en nuestra misión.
Muchas personas se han cruzado con nosotros y nos han compartido experiencias vivas, experiencias de Dios en lugares que a primera vista no existe ningún consuelo ni hay justicia ninguna por la vida humana. El sacerdote de la Iglesia de Santo Domingo de la Calzada, Agustín, nos dijo sabias palabras: “los cristianos hemos caído en el error de hablar siempre de Dios, y nos hemos olvidado de hablar desde Dios”. Hay que predicar con el ejemplo y en un “idioma” que entiendan los demás, tenemos que HABLAR DESDE DIOS en un lenguaje adaptado a las necesidades del otro, sin anticipar respuestas que no están preparados para escuchar y menos asumir porque aún ni se las han planteado. Así podremos dejar constancia de la Palabra de Dios, como profetas, vivir como profetas. Siempre hay que tener en cuenta el respeto, la paciencia, el cariño, la delicadeza, la justicia, el acompañamiento y la infinidad de valores y acciones que Jesús nos ensenó. Seremos entonces, como semillas que crecen entre rocas, lo que nos permitirá ser sensibles a la Palabra, mas las preocupaciones del mundo ya que el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto (Mateo 13:22).

Confiamos en el empeño puesto y el trabajo de todas las organizaciones que trabajan en el mundo entero para fines comunes, que, igual que nosotros hemos podido palpar cambios en “nuestros niños”, los demás también. Aquí no existen al final diferencias ni de etnia ni de edad, todos aprendemos de todos, nadie se siente mayor que… ni menor que… las experiencias vividas o vistas no te dejan indiferente y aunque haya mucho reino por construir, cada acto, cada sonrisa, cada palabra invertida en la educación no es una pérdida de tiempo. Demos gracias a Señor por los dones que nos da, especialmente por el de la Fe, por la esperanza que nos hace vivir de forma más ricamente diferente. 

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