miércoles, 18 de junio de 2014

12 de Junio: un mes en la nueva casa de Albacete

12 DE JUNIO EN ALBACETE

Día 12 de Junio, hora de comer:
“- ¡Hermanas! ¡¡Hoy hace un mes!!
-¿Ya? ¡Qué rápido ha pasado!
-Desde luego…”
Pues sí…un mes ya, y justamente se cumple el día de nuestra Madre Fundadora…Un mes de la “desenvoltura” de este regalo que es la casa de la Institución Benéfica del Sagrado Corazón; un mes desde que se fueron las Hermanas de la Institución, hacia el mediodía, y nos dejaron la casa a nosotras, Hermanas de la Consolación; un mes de hacernos cargo de nuestros 23 acogidos (bueno, 22 en el momento en que ellas se fueron, hay uno más ahora mismo), el verdadero tesoro de la casa; un mes de disfrutar de ellos, de sus ocurrencias, de sus vidas; un mes de carreras, de dudas, de risas, de asombros al ver la totalidad de esta preciosa casa, de su huerta, de su jardín; un mes de admirar la obra de las anteriores Hermanas, la fidelidad y responsabilidad de los voluntarios del comedor social, el buen trato que los trabajadores dan a los acogidos….Un mes, en fin, de dar gracias a Dios constantemente por esta aventura estupenda en la que nos ha embarcado.
Nuestros acogidos son personas que han sufrido mucho, todos ellos, excepto uno, enfermos crónicos, que han pasado por dificultades económicas, por penurias, por soledades, por rechazos. Tenemos entre ellos 3 jóvenes inmigrantes, de los que llegan a España por patera o saltando la valla de Melilla, que han sufrido accidentes o se han puesto enfermos en España y no pueden trabajar ni mantenerse por sí mismos; tenemos  discapacitados que llevan muchos años viviendo en la casa; tenemos ancianos que se han quedado solos y no pueden pagar una residencia, tenemos personas que vivian en la calle o en casas en muy malas condiciones…Tenemos a personas que, como decía Rosario Villalonga, fundadora de la Institución, no tienen cabida en ninguna parte.
Otro rasgo muy característico de esta casa es que se vive de lo que la Divina Providencia envía, pues las Hermanas de la Institución, por su regla de vida, no pueden solicitar subvenciones ni pedir, y sin embargo nunca falta nada, ni para la casa ni para los que vienen al comedor social (hoy mismo 190 comidas servidas –plato caliente, postre y un buen bocadillo- y lo mismo de desayunos). Tampoco falta para los inmigrantes de asentamientos a los que el P. Miguel (sacerdote diocesano, antiguo misionero en Burkina) abastece de comida cada lunes, pues la comida sale de nuestra casa; ni falta para tres familias necesitadas que periódicamente vienen a por alimentos.
Los albaceteños, que quieren mucho a esta casa, siempre se acuerdan de ella. Muchas veces nos sorprenden a horas poco habituales (23 horas pasadas) pues por ejemplo los scouts llegan de algún encuentro y traen las bolsas de bocadillos y la fruta que les ha sobrado, o cuando la familia hace la compra semanal se acuerdan de nuestra casa y nos traen un carro lleno de alimentos, o cuando pescan nos traen truchas, o la policía municipal, cuando requisa ajos, cebollas o tomates nos las trae….y así continuamente, raro es el día en que no traen cosas de comer. Además dos hipermercados (uno diariamente, excepto los domingos, y el otro tres días a la semana) nos envía lo que está a punto de caducar o tiene algún pequeño defecto; y por último está el Banco de alimentos, que nos llama cuando dispone de leche, verdura, fruta, legumbres…Tenemos peluqueros voluntarios (de hombres y mujeres), una dentista, varios colaboradores en la terapia ocupacional (taller de pintura, de manualidades, de “pinchitos”), voluntarios que vienen a bañar a determinados acogidos un día a la semana, tres equipos de planchadoras que se turnan la tarde de los martes, dos voluntarias que colaboran los domingos en la cocina…En fin, nos sentimos muy arropadas y agradecidas, pero estas personas que vienen a la casa lo hacen porque la casa “les hace bien”, y es que trabajar por los demás siempre da mucha satisfacción.
En cuanto al comedor…va con “piloto automático”. Contamos con una excelente coordinadora de voluntarios que distribuye a la gente por grupos, según necesidades del comedor, y que va supliendo las “bajas”, que se encarga del curso de manipulación de alimentos para los recién incorporados, que vela por el buen engranaje entre los del desayuno, los cocineros de la comida y los que la sirven. Y además están dos trabajadores, Abdul y Katy, un matrimonio de Burkina, que se encargan de la limpieza y de llevar lo necesario para desayuno y comida de nuestra casa al comedor.
Por si fuera poco, hay otro proyecto que iniciaron hace algunos años las Hermanas de la Institución, y que por supuesto nosotras continuamos, acoger en el postoperatorio a pacientes de Burkina, Camerún o Benín, que periódicamente trae a España la ONG Recover y que son operados gratuitamente en la clínica Capio. Ahora, en junio, esperamos a dos chicas de Burkina, una de ellas de 12 años. Estarán con nosotras las semanas necesarias para su recuperación (unas 6 o 7), antes de viajar de nuevo a su país, ya con salud. Esto se repite una vez al trimestre, más o menos.
¿Proyectos? Pues a corto y medio plazo, talleres diarios de manualidades, catequesis los domingos o los sábados (los domingos no tenemos trabajadores y vamos más rápido que habitualmente), poner en marcha la piscina (muy hermosa, pero no se usa desde hace años y hay que ponerla a punto), hacer un programa de actividades para el verano…Muchos y muy hermosos, veremos si conseguimos realizarlos, pero con la ayuda de tantos voluntarios seguro será posible. Que vivan nuestros acogidos, y que vivan en abundancia, disfrutando, ese es nuestro objetivo.
Gracias, Hermanas, por vuestra oración y vuestro apoyo. Ya sabéis dónde está vuestra nueva casa. Un saludo a cada una:

Comunidad de Albacete.













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