Mi nombre es Ana Illán Franco, soy profesora de Educación
Especial en dos centros de las Hermanas de Ntra. Sra. De la Consolación, en
Espinardo y Caravaca.
Esta Semana Santa he tenido la oportunidad de celebrar en
Valencia una Pascua con miembros de la comunidad “Doble Amor” de Fe y Luz, las
Hermanas de Ntra. Sra. De la Consolación, quienes dejaron su casa para dicho
encuentro, y los amigos que fuimos invitados a colaborar.
Por experiencias anteriores, ya sabía que la celebración de
una Pascua en comunidad es siempre una experiencia única y maravillosa. Pero el
hecho de compartirla con personas con discapacidad le da un nuevo sentido,
convirtiéndola en una experiencia increíble y del todo recomendada.
No solo hemos recordado y revivido los últimos momentos de
la vida de Jesucristo, como se entrega por nosotros y como su amor nos salva
gratuitamente. Sino que hemos experimentado la emoción de sentirnos queridos y
aceptados tal cual somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos, como Jesús
nos enseñó.
Las personas con las que he compartido esta experiencia son
un ejemplo de superación personal, de valentía, de humildad, de sencillez, de
amor. Cada una de ellas, con su vida y su personalidad, me han recordado lo
importante que son los pequeños gestos para ser feliz, lo que alegra una
sonrisa, lo fácil que es hacer sentir bien con un buenos días y un abrazo.
Durante estos cuatro días de convivencia hemos orado, hemos
profundizado en nuestra fe, hemos tenido momentos de ocio, nos hemos reído, nos
hemos ayudado y sobre todo hemos vivido.
Son personas que aportan luz y sabiduría al mundo. Hacen
frente a los problemas con optimismo y sabiéndose acompañados y queridos por
Dios. No dudan de los caminos que el Señor les muestra y confían plenamente en
él.
Personalmente, vivir la fe cristiana a través de los ojos de
estas personas hace que se refuerce mi propia fe. Verlos sonreír, verlos
felices y ver como dan tanto al mundo sin esperar nada a cambio, hace que,
definitivamente, esté segura de que Dios
está con nosotros, entre nosotros, en nosotros.
Agradezco a las Hermanas la oportunidad que me han dado de
compartir este encuentro y a todas las personas que participaron el cariño y la
buena disposición con la que me aceptaron. He vuelto a Murcia con el corazón
contento y lleno de amor, de Dios y de vosotros.
Ana Illán Franco 2-5 Abril de 2015
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